Pero es que no me canso de decirte lo feliz que soy contigo!

Puse un pie en el suelo y al notar que el suelo estaba frio busqué con el mismo pie la zapatilla mientras aun me costaba abrir los ojos , me puse la otra y me olvidé de que me estaba meando así que simplemente fui a la cocina, decidí coger esa taza blanca preciosa que me regalaste, ni si quiera sabia que me iba a poner en ella, pero eso era lo de menos, y así es como me acordé de ti a primera hora de la mañana, pensando que llegará el día que cuando coja esa taza que me regalaste diciendo “mira, para nuestra futura casa” para desayunar y me digas “¿quieres agua para un té o prefieres leche?”,  y es que ya te he dicho muchas veces que lo importante, lo que de verdad hace feliz a una persona no es acostarte con ella, es levantarte a su lado, ver su cara de empanamiento con la babilla ya seca, ese aliento matutino y con unas legañas que hacen a una persona más auténtica y es que… ¿Sabes que siempre que me miras y sonríes haces de mí una persona más feliz? Me encanta que me beses en plan peli antigua mientras yo me río, o que me digas que tienes ganas de comerme y cuando te contesto que yo antes me sueltes un “no, si con esa bocaza puedes…” o cosas así, me encanta tener como tablón del cuarto un altar tuyo, me encanta que seas tantísimo para… me encanta el pensar que nunca te vas a separar de mi! Sabes ya de sobra que me encantas tú!